El uróboro y el árbitro

Autor: Juan José Gómez Jiménez       Siguenos en Twitter: @arbitrofutbol y en #REGLAS_FUTBOL

El respeto a la autoridad del árbitro debe ser reconocida como necesaria para el normal desarrollo y práctica del fútbol. <RESPETO>.

No suelo escribir sobre la extensa familia del fútbol (entrenadores, jugadores, directivos, periodistas deportivos…) y cuando lo hago, siempre lo hago desde un punto de vista positivo.

Recientemente he localizado un artículo que pone a los pies de los caballos a la figura del árbitro de fútbol; sí, uno más. Empieza con el título <El árbitro, el ladrón, la nevera y su amante>, “aquí hay tema” podría pensar más de uno. Nos dedica diversos piropos del tipo siguiente: “pobres árbitros, ser árbitro de Primera es un chollo espectacular, hay que tener unas condiciones físicas mínimas, sus tragaderas son enormes, si la vida pusiera a cada árbitro malo en su sitio, las fábricas de Bosch y LG tendrían que hacer horas extras…”. No sé si hay anuncio patrocinado.

Estas líneas me han llamado especialmente la atención porque el que las escribe parece ser una persona versada en el uso de la pluma, lo presentan en el portal donde cuelgan el artículo como periodista y escritor, ha escrito cuatro novelas a más de 40 idiomas, comenzó su carrera como deportista deportivo, un apasionado defensor del deporte como cultura… y esas cosas.

Se llama Juan Gómez Jurado, no, no somos familia, aunque compartamos apellido; la verdad sea dicha, no conocía de su existencia hasta que leí el artículo en cuestión, intuyo que él tampoco tendrá conocimiento de la mía ni de nuestra cuenta @arbitrofutbol, ya ves, las redes sociales tienen estas cosas, conoces a gente desconocida con solo un click.

En su artículo, Juan Gómez Jurado, al igual que el uróboro, retorna de su status de escritor al de periodista “deportivo”. El uróboro representa la naturaleza cíclica de las cosas, el eterno retorno. El símbolo tradicional consiste en un dragón o una serpiente que se muerde la cola y crea un círculo sin fin. 

El equívoco de Juan Gómez Jurado radica en que desconoce muchas cosas del arbitraje español. El arbitraje español es uno de los que mayor exigencia, y nivel físico y técnico tiene del mundo, sí han leído bien, del mundo, una exigencia acorde a las nuevas exigencias del fútbol moderno. Desde la base cada vez se afina más en la formación de los nuevos “talentos”, que ya no “trencillas”. Los tiempos han cambiado también para el mundo arbitral. Ya no se mira solo que arbitres bien, sino que seas un atleta, que hables idiomas…Llegar a primera no es un “chollo” como se piensa, es una quimera, un camino de sacrificios para muchos jóvenes árbitros que llevan en sus mochilas mucho compromiso y trabajo desde las categorías más modestas y a su vez más difíciles. 

Sí, los árbitros erramos, al igual que muchos jugadores fallan en el lanzamiento de un penalty o autogol, un entrenador en un planteamiento o un escritor “deportivo” en el planteamiento de una columna. Cuando una persona se equivoca más de la cuenta, la ponen en la calle, los árbitros no son una excepción, a parte de la socorrida “nevera” están los descensos de categoría y con ello el final amargo de una vida dedicada a una profesión a la que se ama.

Los árbitros somos buen filón para muchas plumas y micrófonos. El peligro empieza cuando esas plumas las empuñan escritores de cierto renombre o número de seguidores (cerca de 150.000 tiene Juan Gómez Jurado). Es esta una tarjeta de visita que pone muchas veces en un segundo plano el contenido de lo que se escribe. Hay muchas cuentas interesadas en servir de trampolín a estas plumas, lo que importa es el cache del que escribe, no lo que escribe. No vale saber de antemano que lo escrito no es apropiado, y no vale darle vida en las redes sociales con la coletilla tramposa de “no te deja indiferente”.

Señor Juan Gómez Jurado le deseo mucho éxito en su carrera como escritor, pero le hago previamente la siguiente consideración: ¿ha pensado usted en algún momento en el daño que sus palabras pueden hacer a los miles de jóvenes árbitros que salen cada fin de semana a los campos del fútbol base con toda ilusión? Estoy seguro que no lo ha pensado, por ello, como buen uróboro le invito a retornar sobre su escrito y a reconsiderar y enmendar lo mentado. 

Lo mismo traslado a quienes han participado de su difusión, me refiero principalmente a @RodriErrasti, director de grada360, si como pone en su perfil cree en el periodismo y conocía y reconocía de antemano que el artículo de Juan Gómez Jurado “no te deja indiferente”, le agradecería pueda ayudar a compensar la balanza circulando la sincera opinión de este modesto árbitro. En este caso la cosa es más fácil, porque al igual que el uróboro, solo hay que girar la cabeza 360º, como en su grada, de esta manera, a mi entender el círculo quedaría cerrado y ayudaría ciertamente a poner en valor la figura del árbitro. <RESPETO>.

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